"Guatemala, la quinta economía exportadora de café y azúcar del mundo, declaró en 2009 el estado de calamidad pública a causa del hambre que asolaba el país"
Fuente: INFORME DE INVESTIGACIÓN DE INTERMON OXFAM
"Se encuentra sumida en un estado permanente de inseguridad alimentaria"
Fuente: INFORME DE INVESTIGACIÓN DE INTERMON OXFAM
"Uno de cada dos menores de cinco años sufre desnutrición crónica, el índice más alto de América Latina y el cuarto a nivel mundial"
Fuente: INFORME DE INVESTIGACIÓN DE INTERMON OXFAM
Desnutrición infantil, pan de cada día para Guatemala
Guatemala, el país con mayor tasa de desnutrición crónica infantil de América Latina y el Caribe en 2018
Oier Ortiz de Zárate, Sergio Segura, Naia Jiménez y Janire Rosich
Equipo de Jugosa Juventud
Sandra, Guatemala- No podía caminar porque sufría desnutrición severa. Tenía 18 años y pesaba 58 libras, 26’3 kilogramos. Sandra fue rescatada por una institución del estado y trasladada a Casa Jackson, hospital de recuperación infantil. Vivía con su tía, quien la trataba de forma inhumana, pues la tenía sujeta por el cuello “como a un perro”. No tenía a sus padres en su hogar, viene de un lugar con desintegración familiar total.
Seis meses después, camina, habla y su nivel de recuperación nutricional está a un 90%. Sin embargo, por la edad y el daño físico que sufrió durante años, no recuperará el 100% de sus capacidades tanto mentales como físicas.
Miguel Ángel Álvarez, director de Casa Jackson, cuenta una de las historias que abundan en su centro. No es fácil saber cuántos niños y niñas como Sandra pasan hambre. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) lo intenta: cada año debe publicar cuáles son los que peores cifras presentan. En el informe del estado de seguridad y nutrición en el mundo 2018 (FAO), Guatemala se encontraba el primero en la lista de los 10 países de América Latina y el Caribe con mayor tasa de desnutrición crónica infantil.
Es un problema con raíces profundas. Según el Informe de Investigación de INTERMON OXFAM, la desnutrición crónica afecta al 49% de menores guatemaltecos, es decir, más de un millón de niños y niñas. La cifra se eleva entre los indígenas que habitan en zonas rurales, donde el salario mínimo no llega para cubrir la canasta básica de alimentos. Eran 2.0 millones de personas desnutridas entre 2000 y 2002 y se calcularon 2.1 millones entre 2004 y 2006. Parece una diferencia mínima: son cien mil personas.
La economía comenzó a colapsar en 2009 con un crecimiento de apenas el 0.5%, uno de los más bajos en las últimas dos décadas. Mario Cuenca, fundador de ONG Voluntariado, asegura que la ambición del gobierno corrupto hace que no se preocupe por la población, sino de enriquecerse ellos mismos: “De aquí se origina la pobreza”.
La sequía causada por El Niño, un fenómeno océano-atmosférico que incidió en la climatología de Guatemala, desmejoró la situación. Gerson López, coordinador en Guatemala de ONG Voluntariado, explica que “Guatemala ha sido afectada por los desastres naturales, es un país muy golpeado”. Según la FAO, el déficit de precipitaciones perjudicó la plantación de cereales y frijoles del país, productos básicos de la dieta popular.
La mayor paradoja radica en que durante buenas épocas se producen cosechas capaces de alimentar a la población, pero la desigualdad en los ingresos impide el acceso a estas, pues la comida no escasea en Guatemala para quien puede pagarla. El hambre es, en primera instancia, un problema de falta de ingresos: la mayoría de las personas sobreviven con menos del salario mínimo legal, que en 2008 era inferior a 1.500 quetzales (140 euros). Ese mismo año, la canasta básica de alimentos costaba 1.900 quetzales (178 euros). Es decir, el salario mínimo está 400 quetzales por debajo de lo que se necesita para subsistir.
“La mala calidad de los alimentos es uno de los problemas que suman a que Guatemala sea una máquina de crear niños con desnutrición”, Gerson López
El ejemplo de Guatemala lo explica de otra forma. Guatemala es uno de los países con más desnutrición de América Latina; Marta Pérez Ibáñez, enfermera voluntaria en Guatemala, afirma que no ha visto nada similar en su trabajo. Quién visite Casa Jackson u otros proyectos de ONG Voluntariado lo creerá. Hasta que se entere de que Guatemala es la quinta economía exportadora del café y azúcar del mundo: “La mayoría se exporta a Estados Unidos, Canadá y Japón. Lo poco que queda es de mala calidad, lo mejor sale y lo peor se queda. Es uno de problemas que suman a que Guatemala sea una máquina de crear niños con desnutrición”, explica Gerson López. Ese hambre estructural responde a otras estructuras: no la de producción, sino la del sistema económico.
No es una inocentada, todo suma al problema de la desnutrición que, a su vez, incluye dos factores sorpresa: la religión y la desinformación. “La educación es bastante precaria”, afirma Gerson López. Los bebés provienen de comunidades rurales que no tienen acceso a la educación.
“En vez de leche materna, les dan Fanta porque no saben cómo alimentarse, ni tienen recursos para saberlo”, Mario Cuenca
Sí, esta situación es fácilmente identificable en mujeres de 14, 15 y 16 años. Cuenca ha conocido varias: “Vienen niñas con familias desestructuradas. Alguna vez por violaciones, otras por abusos intrafamiliares. Llegan con un bebé y sin dinero ni padres que las apoyen”. Esto origina que los principales perjudicados sean los bebés: “Igual, en vez de leche materna, les dan Fanta porque no saben cómo alimentarse, ni tienen recursos para saberlo”, agrega.
Para algunos, el enemigo ya no está en las calles, ni siquiera se trata de ladrones; ahora convive con ellos en las escuelas por la falta de educación sexual. Sin embargo, abunda la religión, que afirma que los métotos anticonceptivos son dañinos y que prohibe el aborto: “Estamos a muchos años de la legalización”, garantiza Gerson López. “Al gobierno no le interesa que el pueblo despierte y se eduque, porque un pueblo así es más fácil de manipular. El problema del sistema es cómo está montado para que la desnutrición no acabe”, añade.
Sin embargo, las cifras de muertes por desnutrición infantil continúan siendo el pan de cada día para la sociedad guatemalteca. Niños pequeños que dejan sus hogares, o son abandonados en la puerta, llegan a Casa Jackson en busca de alimentos: sus cuerpos tienen una barriga hinchada por la dieta principalmente de carbohidrátos, pelo seco y convertido en rojizo, ojos hundidos y dientes amarillos son las características que tienen todos en común.
“He visto algunos casos severos bastante sorprendentes”, asiente Gerson López. Añadió que algunos tienen entre dos y tres años y no tienen fuerza para sentarse, por lo que pasan semanas tras semanas para, determinados casos, no recuperarse del todo: “Aunque se logre pasar la etapa de desnutrición, el daño hecho en esas edades es irreversible”.
Antes de sucumbir a la impotencia, deténganse: la medida preventiva que se repite como una vieja cantinela es efectiva, la precaución funciona. La educación es una medida sencilla, pero valiosa, una traba para darle la espalda a la desnutrición.
“Pan para hoy, hambre para mañana”, Mario Cuenca
Y, no obstante, cualquier ayuda es poca en Guatemala, ya que ningún banco de alimentos, ninguna recogida de dinero ofrece garantía de impunidad. Por ello, lo ideal es educarlos, hacerlos conocedores de herramientas para cultivar y, así, progresar en el sistema. Va más allá del tema económico. Mario Cuenca afirma que el dinero es importante, pero tienen que saber utilizarlo: “El problema del dinero es que es pan para hoy, hambre para mañana”.
Hoy todavía se desconoce cómo detener esta injusticia, pero se sabe cómo actuar ante ella. Según Marta Pérez Ibáñez, el proceso se fundamenta en el control estricto del peso, tallas, analíticas y suplementos hiperprotéicos y nutritivos. “Algunos se logran recuperar rápidamente, pero es complicado. Lo triste es que salen y vuelven a sus casas a lo mismo, a las recaídas. Entonces cuesta más levantarlos”, concluye López.
Como los afectados, los padres y los enfermeros viven en un estado de alerta constante. Por esa razón, ambos tienen un sentimiento favorable hacia los que tratan de erradicar la inmoralidad que asola el país. El resultado es tardío, pero próspero. Álvarez, 19 años después de la creación del hospital de recuperación infantil, manda un grito de ayuda para obtener los recursos y la ayuda necesaria. Pero aún así, todo está por hacer. Sin olvidar la situación, Cuenca hace de esta frase una enseñanza: “Hay desnutrición por dos motivos. El más importante es la desinformación”.
Agradecimientos a:
Claudia Andújar
Gerson López
Mario Cuenca
Marta Pérez
Miguel Ángel Álvarez
Sin vosotros no habría sido posible. Gracias por hacernos conocer la realidad guatemalteca.